Cambio de planes

 El año pasado tenía muchos planes, en mi mundo ideal, o sea yo me había imaginado que , cuando fuera madre, el primer año haría una serie de actividades con mi hijo/a.

La verdad es que estuve buscando información y viendo que actividades podíamos hacer.

Al lado de casa encontré un lugar donde tiene Spa para bebes, la verdad es que es ideal, un lugar donde el bebe se daña en una piscina y luego recibe un masaje. Me pareció lo más. No pudo ser esta actividad es para bebes hasta un año por lo que con el Covid no ha sido posible pedir ninguna cita y Gala ya tiene quince meses.

Otra actividad que me quedó en el tintero fue yoga con bebes, la verdad es que era algo que siempre me había parecido una actividad ideal y bonita pero tampoco fue posible, cuando pedí información una semana después nos confinaron por lo que después del verano Gala ya andaba y era prácticamente imposible hacer una actividad como aquella con ella.

Otra actividad que me quedó pendiente fue ir a natación, para mi siempre ha sido importante saber nadar, a mi me gusta mucho ir a la piscina, y las actividades acuáticas por lo que siempre he tenido claro que Gala aprendería a nadar y tendría contacto con el agua. He estado un año pidiendo información y en lista de espera en la piscina municipal, pero entre el covid y las restricciones no hubo forma de ir a natación, esta era con diferencia la que me hacía más ilusión. 

Hemos intentado ir a una ludoteca a escuchar cuentos en ingles y distintas actividades lúdicas.

Finalmente esta semana hemos empezado las clases de natación, vamos un día a la semana para que tome contacto antes del verano así le será más fácil cuando vayamos a la playa. Pero os tengo que decir que es todo un poema ir a la piscina. Gala empieza a llorar cuando sale del coche y va en aumento cuando entra en le vestidor, cuando entramos en la piscina entra en un estado en el que dan ganas de salir corriendo. Ella no calla sigue llorando y se agarra a mi cuello hasta la hora de ir a casa.

Os tengo que confesar que ir a la piscina con un niño es de todo menos relajante, olvídate de duchas, peinarte, pasar por el baño y llenarte de cremas. Tienes el tiempo justo para cambiarte antes no empiece a llorar o en el peor de los casos salga corriendo. Y cuando ya has salido de la piscina o realizado la actividad cuando lo que más te viene de gusto es una ducha relajante, con un niño cerca tienes todos los elementos menos el factor relajante. Dúchala, en mi caso inténtalo, que es una pelea a muerte, vista a cierta distancia parece una pelea de dos luchadores de zumo. Sécala, aquí ya parece la mini Montserrat Caballé en sus mejores momentos, y vístela. Luego la sientas y le das su juguete preferido y su pipo para que se calle... pero NOOOO sigue llorando como si le hubieran robado su peluche preferido.

Por lo que te viste a como si se tratase de una carrera a contrarreloj para salir corriendo y dejar al resto de los usuarios tranquilos.

Y cuando sales por la puerta calla en seco como si nada hubiera pasado...  Si le hubierais preguntado, y en el caso que hablase seguro que os diría que ha sido el peor día de su vida.. (que pronto ha olvidado las vacunas) .

No me voy a dar por vencida, creo que con paciencia lo vamos a conseguir y poco a poco se irá acostumbrando, espero que sea así, aunque conociéndola no doy nada por sentado, mi hija es muy drama queen de todo hace un mundo y una escena digna de premio Goya.

Os seguiré informando solamente espero que el Covid nos deje acabar el trimestre y la dramaqueen pueda seguir progresando y yo os seguiré informando. Porque en junio empieza la escuela de verano y la cosa promete