UNA COMIDA DISTINTA

Hace unos días, fuimos a comer al mejor restaurante del mundo, es todo un placer para los sentidos, la vista y el gusto, no es la primera vez que lo visitamos una vez al año aprovechando mi cumpleaños y que el de mi amiga esta muy cerca elegimos una fecha que nos venía bien a todos y nos fuimos a probar las novedades.

Tengo que decir que una vez más el menú me sorprendió, la comida era una alegría para la vista, un juego de colores y combinación de gustos y colores rozando la perfección todo esto acompañado por los mejores vinos.

Nunca nos dejan de sorprender los clàssicos y siempre hay algún plato renovado que  ocupa por completo mi corazón.

el sitio está decorado con un gusto exquisito mucha luminosidad y el buen gusto en que están puestas las mesas, los pequeños detalles hace que el lugar sea único y el hecho que los trabajadores te hagan sentir parte de los platos y del menú que estás saboreando, la amabilidad de cada uno de los camareros es tremenda, siempre pendientes , las copas siempre llenas, acorde con el plato que estás degustando. Empezamos ojeando la carta, nosotros ya habiamos estado otras veces por lo que decidimos degustar platos sueltos  lo primero que comimos fueron unos entrantes se basaban en los viajes realizados en los últimos años a los diferentes países del mundo: Tailàndia,japón, China,Corea, perú y para acabar memoria de un bar de las afueras de Gerona.

Luego empezamos con un bacalao con espinacas piñones y campari el gusto era una combinación de sabores acentuados por el bacalao que lo hacían especial. 

El siguiente plato fue el más impactante visualmente el plato ya era diferente a todos los demàs y los colores de los alimentos eran parecidos a los de la paleta de un pintor daba pena tocarlo romper los colores del plato para probarlo pero al final estaba tan buena como parecía.

El siguiente plato nos dejó a todos son palabras, escamarlan con salsa de haba y cacao , el gusto era difícil de definir pero el silencio se apoderó de la mesa.

cuando nos pensábamos que la cosa no podía mejorar nos trajeron un plato único y bastante peculiar, mole negro con chocolate y crema de galera con coco presentado en un plato en forma de vaina de chocolate con su vino correspondiente.

finalmente pasamos a un plato que a mi no me gustó demasiado, tenía un gusto peculiar a mi gusto me recordó al sake era colomí (palomo con arroz fermentado, salsa de las pelas del arroz , salsa koji, con pan de arroz con parfait de palomo

El siguiente plato era escudella de bacalao con nyoquis de patata, terina de brandada y col y tripa de bacalao, era una combinación de sabores para el paladar  

El último plato era cochinillo con cereza de Arboç  y magrana, para mi gusto uno de los mejores platos, no era la primera vez que lo probaba pero si es uno de mis preferidos 

Finalmente pasamos a los postres, sinceramente a mi ya no me entraba nada más no podía comer ni media cucharada más, pero siempre que voy a este restaurante me pasa lo mismo y me voy con una impotencia a casa, ya que nunca disfruto de los postres como dios manda

Empezamos con algo muy fresco, un suspiro limeño, leche,lima, coriandro,dulce de leche  y pisco, la textura era muy fresca y entraba solo.

La traca fue la Anarkia de chocolate, mi pasión, mi locura el motivo por el que suspiro 364 días al año tiene 8 variedades distintas de chocolate, es el broche perfecto para un final perfecto los distintos matices del chocolate con las diferentes texturas hacen de el que sea único y digno de ser probado yo siempre digo que iré allí y solo pediré los postres!!!! 

Cuando acabamos después de conversar con parte de la plantilla del restaurante, pasamos por la cocina, allí casi me muero al poder hablar con los profesionales que allí había pues nos encontramos con el cocinero y el pastelero y yo conteniendo mis emociones y mis ganas de gritar a los cuatro vientos lo fan que soy suya, me hice fotos del derecho y del revés hablé con ellos, tengo que decir que ir al restaurante con amigos comunes te abre muchas puertas, y en mi caso ciertos privilegios.

Me gusta la buena cocina, soy aficionada a ir una vez al año a un buen restaurante y muy de tanto en tanto a degustar un buen menú, soy una amante de la buena mesa y disfruto con ello, y lo mejor la compañía entonces se convierte en una obra maestra perfecta.

Para acabar el día como hacía bueno nos tomamos nos cafés sentados en unos sofás exteriores y cual fué la sorpresa cuando con el café nos trajeron un pastel de cumpleaños de acompañamiento, esto son detalles y lo demás tonterías, le habíamos comentado al pastelero que estábamos celebrando el cumpleaños de Tesa y el mío propio y tuvimos tarta, un día perfecto para un menú con estrella perfecto 

Y Para acabar te ofrecen petits foirs, es un carrito donde hay pequeños dulçes y te dan la posibilidad de llevarlos a casa si no te los quieres tomar con el café 

Por lo que volvimos a casa contentos y encantados con la experiencia. Espero poder volver en otra ocasión (gracias mil a las personas que lo han hecho posible)