Por fin pasaron las fiestas navideñas y un indicador de que esto es así es que
tengo todos los abalorios de navidad guardados y hoy el primer día de rebajas.
He ido de compras a la gran ciudad con mí hermano, he ido a varios centros,
para empezar la mañana hemos estado en Illa Diagonal donde había bastante
gente, pero no lo bastante para agobiarte y, por lo tanto, me he paseado por las
zapaterías, tiendas de accesorios, abalorios y, sobretodo, por tiendas de ropa.
Yo siempre he sido ancha de huesos, hasta hace unos meses utilizada una talla
más grande de la cincuentena y a día de hoy utilizo cuatro tallas menos, ¡no me
lo puedo creer!
Hemos entrado en la tienda y hemos dado un par de vueltas de reconocimiento,
luego he cogido un par de piezas y me he centrado en lo que más necesitaba,
los pantalones, cual ha sido mi sorpresa cuando he visto que no quedaban más
que unos de mi talla, o sea a primera instancia he cogido pantalones de la talla
cincuenta pero en ellos entrabamos yo y mi sombra por lo que mi cara ha
quedado desencajada cuando la chica muy amablemente me ha dicho que solo
quedaban tallas grandes y que de la cuarenta-y-cuatro no quedaba nada. Yo ya
no sabía si reír, llorar o dejar la dieta, por lo que yo, que me iba a comprar
pantalones, he salido de la tienda con un par de pantalones, un abrigo, una
camiseta y dos jerséis, no sin antes hacerme fotos y mirarme mil veces para
estar totalmente segura que lo que tenía en mis manos era lo más correcto para
mí, ya que mi hermano en este aspecto no es el consejero más adecuado.
Luego hemos ido a comer, hemos intentado elegir un sitio donde no hubiera
mucha gente, comer sin hacer cola en este centro comercial es casi imposible
pero hoy lo hemos conseguido, tampoco os penséis, una ensalada sésamo y un
agua.
Hemos seguido con nuestra tanda de compras y hemos ido al “Primark”, me
gusta mucho ir a esa tienda. Si hay cosas que tiene buena “Primark” son el precio
y la alta cantidad de ropa por metro cuadrado. Admiro la gente que sabe comprar
en esa tienda ya que, a mí, me entra tal agobio que no soy capaz de encontrar
nada, como mucho, ropa interior, calcetines y pijamas. El resto tengo que tener
muy buen día y que algún santo me ilumine.
Supongo que si vas a comprar ropa para niños todo es más fácil pero, aun así,
a voz de pronto, ropa para mí no lo veo nada cómodo pero sin embargo, me
gusta cuando veo gente que va vestida de “Primark”, ¡qué envidia!, yo soy
incapaz de combinar dos piezas. Después de la compra más aburrida del día, o
sea, comprar calcetines, hemos ido al Diagonal Mar, allí me he comprado
accesorios para el pelo y unos zapatos. Creo que es una cosa que no entiendo,
aparte de adelgazar gracias a la dieta, creo que mis pies también han cogido
forma, y ahora tengo una talla más pequeña, es algo que me sorprende y me
asombra. Cuando hemos acabado, hemos vuelto a casa, muy cansados pero
contentos, ¡aunque sigo necesitando unos pantalones de mi talla!
Y vosotros, ¿cómo lleváis el efecto de ir de rebajas, aprovecháis el primer día o
os esperáis al último?
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar esta entrada! muxus