Me gustan los días de fiesta, pero cuando Nico no está me siento como un
pulpo en un garaje, no sé qué hacer, me aburro y siempre pienso que voy a
molestar a mis allegados y amigos, por lo que intento pasar los fines de semana
haciendo poca cosa o cuando Beatriz o Gorka pueden quedando con ellos, no
insisto demasiado pero tengo que confesar que me encanta molestarlos.
Esta semana pasada cuando supe que iba a pasar el puente en casa de mi
madre lo primero que hice fue escribir a Beatriz para que me guardase un hueco
para un café y ella me dijo que podíamos quedar para cenar o comer que podíamos
reunirnos en su casa y a mí me encantó la idea. Más tarde me puso un mensaje y
me dijo que sus padres pasarían en fin de semana en el camping y que ellos
irían el domingo a comer, que si me apetecía podía ir con ellos.
La idea me encantó, conozco a los padres de Beatriz desde que yo era una
niña y los aprecio bastante, me caen muy bien y siempre que voy me hacen sentir
como en casa, como me iba yo a perder un día de tranquilidad y risas en el
camping.
Y llegó el domingo, a las diez en punto estaba yo en la puerta de casa con
los postres en la mano, y vestida para la ocasión, mi ropa de deporte, mis
bambas para las ocasiones especiales y un jersey grueso por si el tiempo se le
daba por cambiar, aunque el sol tenia pinta de acompañarnos todo el día.
Pasamos a recoger al sobrino de Kilian, un niño adorable y muy simpático
que nos hizo el trayecto muy ameno.
Cuando llegamos estuvimos entretenidos con la sobrina de Beatriz, una niña
de tres años con unas pilas que nunca se acaban y con una sonrisa y unos ojos
que iluminan la vida de cualquiera. El padre de Beatriz junto con su cuñado un
vecino fueron a buscar setas, eso es un lujo que no se paga con todo el dinero
de mundo, cuando volvieron nosotros ya estábamos cansados de jugar a pilla
pilla , al escondite y a otras cosas.
Hicimos un aperitivo de reyes, con salteado de setas, viandas del pueblo y
otras cosas, (La dieta a tomar viento pero valió la pena, los embutidos estaban
de muerte y las setas más) la gorda que llevo dentro me lo agradeció (creo que
no está muy adentro)
La madre de Beatriz nos hizo un pollo con patatas que creo que no dejamos
ni los huesos y los postres los puse yo, no sin escuchar alguna crítica, ya que
anteriormente se me había quemado el bizcocho y más que un bizcocho era un
trozo de carbón, y esto Paco me lo va a recordar hasta.... pero lo hace con
gracia.
Hice triángulos de hojaldre con cabello de ángel y otros con chocolate.
Los de chocolate fueron un invento para ver como salían y está claro que
quedaron de muerte por que la sobrina se Beatriz se los puso delante y cuando
nos dimos cuenta se había comido gran parte del contenido del plato, (nota
mental para el próximo día hacerlos todos de chocolate) Paco me dijo que no
podía ser que los hubiera hecho yo ya que no estaban quemados!!!!
Entre risas, bromas y palabras pasamos el día, un día en familia que una
vez más me hicieron sentir como en casa, una más, los padres de Beatriz, la
hermana, su cuñado aunque vale más por lo que calla que por lo que habla,
fueron todos adorables y la benjamina de la familia que ya ocupaba un espacio
de mi corazón ahora se lo ha ganado entero.
Solo puedo dar las gracias por este día, una vez más me lo he pasada muy
bien y con ganas de volver a veros, gracias familia. Nos vemos en un mes…..!!!!!
Vaya planes que te montas sin pensarlo. A veces acoplarse no sale mal, eres una más y sale el día redondo. Sí que debió estar bueno el postre, si la dejais sola un poco más no quedan ni las migas, bss!
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