Recuerdo
el día que conocí a Beatriz, mis padres cuando yo tenía 11 años se cambiaron de
pueblo por lo que me toco cambiarme de colegio, yo estaba totalmente rebotada,
dejar a mis amigos de toda la vida, el pueblo en el que había vivido toda mi
vida para ir a vivir a una ciudad. Recuerdo que, el primer día de colegio me
quería morir, en mi clase anterior éramos 12 alumnos y aquí era una
clase de 35 alumnos y yo era la nueva!!!
La
hora del patio no mejoro y aunque la profesora les dijo a mis compañeros que
fueran amables conmigo la única que se acercó, habló conmigo y se ofreció
a enseñarme el resto de las instalaciones y explicarme como eran el resto de
los maestros fue Beatriz. Y fue el inicio de una buena amistad, compartíamos
tareas.
Hacíamos
los trabajos en grupo juntas y poco a poco fue cuajando una gran amistad.
No
puedo decir que seamos iguales, pero si parecidas, nos entendemos quizás no
siempre está de acuerdo con mis opiniones o con mi forma de pensar, pero
siempre me apoya tiene las ideas bastante claras. La verdad es que los
polos opuestos se atraen, ella es reflexiva, paciente, buena oyente, o sea todo
lo contrario a mí, que soy impulsiva. Expulso por mi boca sapos y culebras
cuando me cabreo y digo todo lo que pienso sin meditarlo y para eso está ella,
para para poner un toque de cordura en mi vida.
Nuestra
amistad con Alexa es distinta, ella era de las It girls de la clase, de las
pijas, no eras nadie si no llevabas ropa Benetton, bambas Adidas, mochila
Mistral, etc y claro si llevabas todo esto no te relacionabas con la plebe y
esas eramos nosotras. Solo con un grupo reducido de pijas que estaban a su
mismo nivel que en invierno iban a esquiar i en verano lo pasaban en su
apartamento de la Costa Brava.
Tiempo
después el destino nos reunió y Beatriz y yo seguíamos igual y claro Alexa con
el tiempo había acentuado su postureo y su buen estar.
Nos
reunimos para celebrar los 20 años de final de curso de octavo y claro de allí
empezamos a quedar. Como somos divinas, raras, pero divinas, una (Alexa) más
que otras.
Nuestra
sorpresa llego el día de la cena fue como la película de regresa al pasado. Era
como estar de espectadora en una película de tercera.
Entre
las viejas glorias, amas de casa, antiguas pijas, guapos de la clase venidos a
menos. Allí estábamos nosotras que nos manteníamos igual y lo mejor nos pusimos
hasta el culo criticando y allí se forjo nuestra amistad, las divinas!!! Porque
en esa cena íbamos divinas, Alexa más que nosotras, con un mini vestido y
unas maxi sandalias recién salida de la peluquería.
Por aquel entonces vivía en pareja (en crisis pero
en pareja) y no dejo a nadie sin explicar la historia de su novio,
Ramón. No dejó a nadie sin contarle sus penas. Por aquel entonces era una
prospera empresaria en el mundo del transporte, una emprendedora, así era ella
divina por fuera y trabajadora por dentro. La perfección hecha persona. Y
allí en esa cena y tras unos cubatas de más empezó una gran amistad: las divinas.
Las divis ya estaban allí .De esa horrible noche han pasado tres años, ha
llovido mucho, lo único que sacamos de ello fue que la vida y la genética nos
ha tratado muy bien y que las divinas somos geniales.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por comentar esta entrada! muxus